*Obtuvo beneficio personal disfrazado de diplomático en evento privado con el rumano Ionat Marian
La ex canciller y hoy titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, en reunión con sus colaboradores lamentó profundamente haber sido involucrada en el “penoso y confuso incidente”, de la boda de su ex jefe de Oficina al utilizar instalaciones del Munal para un evento privado disfrazado de diplomático y en el que no se usaron recursos públicos, aseguró.
Dijo: quiero aclarar, creo que todos merecemos tener las cosas claras. Como una gran parte de los funcionarios y funcionarias de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de la Embajada de Rumanía en nuestro país, asistí el 4 de octubre como invitada a una recepción privada, organizada por mi excolaborador, Martín Borrego y su pareja, un diplomático rumano (Ionut Marian) que terminaba su destinación en México, para celebrar también su reciente enlace.Informó que ya estaban casados, recalco: me invitaron a un evento privado, no hubo ceremonia religiosa o civil. Sí, un brindis dedicado simbólicamente a los recién, pero ya casados, colegas, acompañado además de un evento cultural.
Dos meses después, 8 de diciembre, sale esta nota en El Universal que habla de “La (no) boda fifí en el Munal”. La han de haber leído todos, imagínate, y ahí se revelan hechos que, sinceramente, sinceramente yo desconocía. El más importante fue que, en dicha nota periodística, salió a relucir una carta que mandó precisamente este colega, Martín Borrego, en su carácter de jefe de Oficina, en septiembre, con membrete oficial, sin mi conocimiento y sin mi autorización, dirigida al director del Museo, del Munal, solicitando su autorización para celebrar un cóctel, pero lo presentó como un evento diplomático para celebrar 89 años de relaciones entre Rumanía y México.
Este es el hecho que considero grave y, por ello, mi decisión inmediata fue solicitarle la renuncia a Martín Borrego por abuso de autoridad y porque quebrantó mi confianza al utilizar su posición para obtener un beneficio personal y disfrazarlo de evento diplomático.
Todos fuimos con otra idea, debo decir, además, que el Munal sí permite eventos privados como lo acredita su página web, y por la confianza hasta entonces establecida, pues claro que asistimos mi esposo y yo de buena fe a un evento que considerábamos privado.
Nunca he negado mi asistencia a dicha recepción, pero sí niego rotundamente que se me atribuya responsabilidad de haber avalado, solapado o utilizado mi cargo para un evento inapropiado. Y de lo que sí estoy plenamente segura, porque aquí estamos Julieta y yo, plenamente segura, es que la Cancillería no erogó ningún recurso financiero, público, respecto a esta recepción, como lo acredita mi entrega administrativa detallada al canciller que me sucedió y como lo acredita, lo que el propio periodista publicó, que es una factura de pago de la Embajada de Rumanía, publicada por este periodista.
Lamentablemente queridos colegas, a algunos medios no les interesa la verdad, tergiversan los hechos para golpear en un ejercicio interesado de deshonestidad intelectual y, por eso, es que hoy vengo ante ustedes, como estoy dispuesta a ir ante los mexicanos y las mexicanas, que son nuestros verdaderos mandantes, para tener las cosas claras, muy claras. De mi parte, además, estoy totalmente disponible para apoyar en el esclarecimiento de los hechos.
¿Por qué nos pasa esto? Porque por décadas el aprovechamiento, el abuso, la corrupción, el influyentismo, fueron habituales en las administraciones anteriores, pero México ha cambiado y en el ejercicio de mi cargo haré siempre, siempre todo lo que esté a mi alcance para garantizar que la brújula de nuestro quehacer sea responsabilidad republicana y rectitud ética.
La ética más allá de la retórica oportunista que pretende usufructuar del aplauso fácil, debe guiar y distinguir nuestro desempeño público reflejándose no en palabras vacías, que son, que se pronuncian en un momento, sino en la coherencia de las acciones que respaldan nuestra hoja de vida.
Somos parte de un gobierno honesto y austero, y a todas y a todos quienes pertenecemos a él, debemos actuar en consecuencia con absoluta transparencia, con lealtad, con honestidad, con austeridad, como lo ha exigido la presidenta Claudia Sheinbaum, quien le ha brindado su apoyo y reconocimiento a su trayectoria.



