
*Beatriz me pide que “me suelte” para tocar el arpa y zapatear la jarana como mi padre, dice
En San Juan de Ulúa, Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó a don Daniel Cosío Villegas, un gran historiador, que decía: ‘Ya no está don Porfirio, pero se quedó doña Porfiria’.
E indicó que a pesar de la vocación democrática, genuina, auténtica del presidente Madero, el presidente más demócrata que hemos tenido, a pesar de eso, es hasta nuestros tiempos en que empezamos a transitar hacia una auténtica, una verdadera democracia, y tenemos que seguir en ese sentido, empujando para establecer las bases de una auténtica democracia y crear, al mismo tiempo, el hábito democrático. Pero ya se inició ese proceso y no se va a detener.
Durante la inauguración de las obras de rehabilitación del Fuerte de San Juan de Ulúa, que fue inhumana prisión de libertarios que lucharon contra la colonización y la dictadura, agradeció al gobernador Cuitláhuac García, porque, sin él, no se podría haber hecho la obra, al titular de la Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán; a Diego Prieto, del INAH, maestro, sí.
También a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, al general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena y a la señora Beatriz Gutiérrez.
Indicó: le decía yo a Beatriz, ahora que estaban tocando, que estaban interpretando música veracruzana, que mi papá nació en la cuenca del Papaloapan, mi padre, y que tocaba el arpa y la jarana, y que zapateaba y bailaba muy bien, como buen veracruzano, jarocho. Y le decía yo a Beatriz: Yo no saqué ninguno de esos atributos, y me dice: ‘Pues es que no te sueltas, nada más estás pensando en una cosa; relájate y puede ser que te salgan esas virtudes’.
Pero, la verdad, que es una felicidad el que disfruten el arte y la música veracruzana.
este espacio en el que se encarceló a personas por cómo pensaban, porque ayudaran a que los movimientos revolucionarios, pues hicieran justicia en este país, aquí se encerraron en lo que le llamaron ‘la tumba del golfo’. Esto era una cárcel de las más crueles, de las más inhumanas, y ahora tenemos el privilegio de vivir en una nueva época de México que el presidente ha nombrado el Humanismo Mexicano.
Alejandra Frausto informó que se está haciendo el documento para que se reconozca como memoria del mundo y para recordar aquellos sitios de la no repetición y de la ruta de la esclavitud. Aquellos que aquí consiguieron la independencia, que la sigan consiguiendo de otras maneras.
Ahora también se está restaurando este enorme fuerte, que se utilizó para defender de distintas cosas, de distintas acciones. Aquí se está defendiendo el olvido ahora, se está defendiendo del olvido, se está defendiendo de la pérdida de la identidad, y eso que nos ha mandatado el presidente: recuperar nuestra identidad desde las raíces culturales que están vivas en todo el país, desde el patrimonio cultural que no se vende, que no es un artículo de lujo para adornar una casa.



